Un buen libro y algo que odio

El mail de hoy me va a servir para recomendarte un libro, para contarte algo que no me gusta un pelo gracias al libro, y para dejarte un detalle abajo del todo.

Bien.

Las dos primeras cosas van ahora mismo y el detalle al final, claro.

 

Este libro que te voy a recomendar, no sé si lo recomendé ya en otro email.

Pero da igual.

Las cosas importantes hay que repetirlas.

Hay que repetir en general.

Bueno.

El libro es «Perros. Una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución». De Raymond y Lorna Coppinger.

En su día yo me lo compré y leí porque tenía un apartado dedicado a los deportes de trineo con perros, al mushing.

Deporte que yo practiqué mucho con mis perros en su día, ahora menos.

Pero no debes comprarte el libro por eso, sino porque hace un repaso generoso a la relación de colaboración entre perros y humanos a lo largo de los siglos.

Un acercamiento al mundo del perro teniendo en cuenta sus instintos y su pensamiento de perros.

Nada. Si quieres, te lo lees.

 

En alguna página del libro también encontré una frase del autor que me encantó: «no quiero que mis perros se muestren sumisos ante mí».

Y eso es lo que odio.

Algunos se sentirán orgullosos cuando un perro se muestra así ante ellos.

No solo les gusta ver eso, sino que actúan para que el perro se muestre así.

A mí me entristece.

Ya sabes.

Ese perro que echa las orejas hacia atrás, esconde su cola, se aleja de ti, se encoge, te retira la mirada o incluso se tumba panza arriba.

Normalmente lo hace cuando uno se muestra muy enfadado con él.

Pues algunos se empeñan en buscar esas actitudes para imponerse al perro.

Porque así consiguen la ansiada sumisión y ahora ellos ya son los líderes.

Vaya chorrada.

 

Cuando un perro hace eso es por miedo, no por sumisión.

No necesitas ni miedo ni sumisión para lograr una buena convivencia con tu perro.

Es más.

Si ves que tu perro en algún momento te manda esas señales cuando te comunicas con él, la estás cagando y mucho.

Te estás cargando vuestra relación y estás creando un perro susceptible de mostrar más comportamientos negativos en el día a día.

O sea, un perro que «se porta peor».

Es como si tú te caes en un charco y luego miles de personas pasan y te pisotean ignorándote.

Bueno.

Pues si esa es la relación que quieres con tu perro, tú mismo.

Yo no te la aconsejo.

Un consejo no solicitado con el que puedes hacer lo que quieras.

 

Así termino el mail de hoy, abruptamente.

Abajo te descargas el detalle:

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