Mira.
Mi perra Balta tiene hipotiroidismo.
Hasta que se lo detectaron, cada vez estaba peor.
Caída de pelo, mal aspecto, apatía, irritabilidad…
Ahora ya está mucho mejor, pero ayer fuimos al veterinario a una revisión.
Cada vez que voy al veterinario eso es un torrente de ideas para escribir mails, jajaja.
Allí pasa de todo.
De to do.
Seguro que estos días te escribo algo más gracias a esas ideas, pero hoy un error mío:
Salí con tanta prisa de casa que no me dio tiempo a coger la bolsa de premios.
A ver.
Nosotros (mis perros y yo), tenemos ya mucho fondo de armario y podemos vivir sin premios.
Así que la cosa en el vete con Balta fue bien.
Es algo que si haces las cosas bien también te pasará a ti.
Podrás vivir sin premios.
Pero quizás este error mío sirva para darte hoy un buen consejo no solicitado.
Un consejo al que puedes hacer caso o no.
Yo te aconsejo hacerle caso.
El consejo es…
Acostúmbrate a tener siempre preparada y a mano tu bolsa de premios.
Bueno. Suponemos claro que ya tienes una bolsa/riñonera para los premios, eso lo primero.
Pues ahora, esa riñonera siempre llena de premios y cerca de la puerta de salida de casa.
En el perchero, en el recibidor… lo que sea que tengas a la salida de tu casa.
No allá en la despensa debajo de miles de cosas.
No.
Siempre en la salida de casa. Un punto estratégico.
Esto quizás te suponga un cambio de rutinas hasta que finalmente sea una rutina para ti.
Pero será una rutina que valdrá mucho la pena.
Te estarás facilitando las cosas.
El día a día con tu perro será más fácil.
Te estarás facilitando la convivencia con él.
Si las cosas son fáciles, se hacen.
Si son difíciles, mejor otro día.
Bueno.
Un consejo para que hagas con él lo que quieras.
Yo te aconsejo hacer algo.
Bien.
No sé si crees en los premios para educar a tu perro.
Yo no solo te diría que creas, sino que necesitas premios para educar a tu perro.
Igual que un trozo de salchicha, estar lejos de ti y perseguir gatos también es un premio para tu perro.
Piensa en eso.
