odos los lunes llevo a mi hija Xela a entrenamiento de atletismo.
Que le guste practicar este deporte es algo que me hace especial ilusión.
A mí me metieron el gusanillo por él mis tíos cuando era pequeño y ya me acompañará hasta el final de mis días.
También gracias al atletismo empecé a correr con mis perros y todo eso dio para escribir un libro.
Pero bueno, eso ya es otra historia.
Hoy, otra historia pero no esa.
Bien.
Xela está una hora dando saltos, así que tengo un rato para hacer mis cosas.
Normalmente cojo el coche y me voy a dar un paseo al lado del río Miño.
Escucho un podcast, contesto correos, pienso… Lo típico vamos.
Pues ayer aparqué al lado de otro coche en donde había un chico peleándose con sus perros.
Eran dos.
No una pelea literal, sino una pelea de otro tipo.
Una pelea un tanto cómica.
Este chico estuvo un rato peleándose para subir a sus dos perros al maletero del coche.
Cuando subía a uno, intentaba subir al otro y al mismo tiempo el uno se bajaba.
Le volvía a pedir al uno que se subiera, momento en el que el otro aprovechaba para bajar.
Así unas cuantas repeticiones.
Yo dentro del coche haciendo que miraba el móvil y no me enteraba de nada.
Pero me enteré de todo.
En una de estas, el uno que se bajó del coche no solo se bajó, sino que se escapó de excursión.
Entonces claro, problemón para alejarse del coche sin que el otro se bajara también y ya perder el control por completo.
En fin, Pepe Viyuela firmaría por este sketch.
Todo esto que hace gracia no sería tan gracioso si el coche estuviera aparcado al lado de una carretera con tránsito de coches.
O si el perro que baja del maletero es reactivo y se encuentra de repente con otro perro al bajarse.
Además esta falta de control de la situación al lado de nuestro perro nos hace perder confianza.
Entramos también en conflicto con el perro porque al final nos cabreamos.
La solución es taaan sencilla…
Utilizar un transportín.
Imagina abrir el maletero de tu coche, abrir luego la puerta del transportín y que tu perro no salga hasta que tú le des permiso.
Incluso que le pongas la correa estando dentro del transportín y siga sin salir hasta que tú le des permiso.
Este es solo uno de los muchos beneficios que tiene usar un transportín para convivir con tu perro.
En la fase 3 de mi programa juegos de transportín te explico en un vídeo de 10 minutos y 24 segundos cómo puedes conseguirlo.
Es decir, no te lo explico. Te muestro cómo lo hago yo tal cual con mi perra Sherpa.
Más difícil. Te lo voy explicando mientras al mismo tiempo lo hago con Sherpa.
Luego, te toca a ti.
¿Dónde es eso?
Aquí abajo mismo: