83 años y los perros no son de nadie

El otro día vino nuestra vecina Carmen a visitarnos.

Bueno.

Vino a visitar a Xela (si te uniste hoy o el fin de semana a esta curiosa lista, Xela es mi hija).

 

Bien.

Carmen tiene unos huevos fabulosos.

Sus gallinas, sus gallinas. Sus gallinas ponen unos huevos fabulosos, no Carmen.

Nos salen unas tortillas con ellos como con ningún otro huevo.

Así que un aplauso por las gallinas de Carmen. Plas, plas, plas.

Carmen también tiene otras cosas, así que sus visitas siempre son muy bienvenidas.

 

La fui a buscar a la parte de atrás del jardín, por eso de ir con los cinco perros y demás.

Recibir visitas con tantos perros sueltos tiene sus retos.

Aunque Carmen está muy acostumbrada a los animales y no hubo problema.

No paraba de repetirme: qué buenos son estos perros Fernando, qué buenos son…

Mientras yo ahí pendiente de gestionar un poco todo para no decepcionar a Carmen, claro.

La cuestión es que sí, todo fue bien y en calma.

 

Entramos en casa, donde nos esperaban Silvia y nuestra hija Xela, y nos pusimos a charlar un rato.

Otra cosa de las que tiene Carmen es su mente avanzada.

Puedes hablar con ella de todo.

Tanto da hablar del vecino como del bajón económico mundial.

Con Carmen hablas profundamente de todo.

Tanto que, en un momento la conversación deriva a un chascarrillo de los míos.

– Nada Carmen, yo estoy tranquilo porque cuando tenga tu edad Xela cuidará de mí, que para eso es mi hija.

A lo que ella me responde:

– Pero Fernando, ¡que los hijos no son de nadie! Xela hará lo que ella quiera.

 

Los hijos no son de nadie… qué maestra Carmen. Otro aplauso para ella. Plas, plas, plas.

Carmen tiene 83 años. Una caída reciente le hizo andar con bastón.

Por eso y por su mente avanzada, quiero todavía más a Carmen.

 

Bueno.

Esa conversación con Carmen me hizo reflexionar sobre algo que te aconsejo reflexiones tú también.

¿Qué tipo de relación tienes con tu perro?

Porque hay mucha gente que traslada sus inseguridades al perro.

Otros no paran de controlarlo.

Otros se creen sus amos y señores.

Otros que el perro tiene que obedecerles sin rechistar…

En fin… No quiero decirte cuál es la mejor relación de todas, solo que reflexiones sobre ella.

Es suficiente. Igual te abre la mente como me la abrió Carmen a mí el otro día.

 

Fíjate. Para eso de la relación entre tú y tu perro tengo un programa.

Un programa para construir.

¿Qué tengo que construir Fer?

Pues tienes que construir la relación con tu perro, para que tu perro esté siempre muy pendiente de ti.

Si te interesa tener una relación sana con tu perro y asentar las bases de la vida a su lado, mira aquí:

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